La semilla crece, aunque no la veas. Lleva hoy tu risa y tus ojos dicen. La raiz se expande y se aferra fuerte a esta tierra que es tu cuerpo. Sus manos (que antes fueron tuyas) descubren los surcos que abriste en tiempos de antaño sudando esperanza, labrando un futuro.
Quien cultiva sueños, cosecha destinos.
La semilla crece, aunque no la veas.
Brotará tu nombre y llevará savia a todas sus ramas que buscan el cielo con sus verdes ojos.
Y mecerá el viento aquellas sus risas, que dicen, tan tuyas.