Pintura que se erige como la segunda parte de la trilogía de obras que ha unido a los pueblos más reseñables dentro del muralismo en la provincia de Burgos. Villangómez forma tándem junto con Tubilla del Lago y Belorado acogiendo la representación por fascículos del pasado, presente y futuro de la vida rural, reivindicándola.
Tubilla del Lago acoge el pasado, Belorado el futuro y la obra situada en Villangómez muestra el presente de los pueblos. Tiene como figura principal a una mujer, que refleja la incorporación de ésta al mercado laboral y como detalle, los pollitos, como representación de la industria avícola local y del Festival Pollogómez.
Dedicado a la provincia de Burgos y a sus pueblos.