Desde el primer momento en el que en el Richar recibió la imagen del palomar de Villangómez, sobre el que debía realizar el mural, estuvo investigando desde sobre las aves, agricultura, flora y fauna de la zona. Rondaron varias ideas y diferentes representaciones para embellecer el palomar. Finalmente decidieron que se plasmaría la imagen de una paloma de las más cotidianas, que también andaban por Villangómez. Se realizaría en un tamaño lo más grande posible para que pudiera ser captada desde largas distancias y aportarle más presencia en el pueblo, ya que se trataba de un palomar vacío y una obra arquitectónica muy antigua la cual debe conservarse, pese a su leve uso.
Los colores utilizados sobre la paloma fueron los más realistas posibles, con tonos violetas y turquesas bajo la cabeza. En el fondo resaltan tonos cálidos que nos trasladan a un atardecer propio de Burgos, y unificar con líneas planas y diagonales donde se juega con un toque más dinámico, no tan estable. Adaptándonos a un espacio el cual se encuentra a diferentes alturas desde el suelo.
Mural dedicado al escritor español Miguel Delibes.