Suelo de más de 600 metros cuadrados, de cemento armado, pintado a finales del año 2024. El mural, ejecutado con más de 200 kilos de pintura plástica para suelos y la ayuda de un dron para lograr una composición precisa, retrata escenas cotidianas propias de los parques y plazas.

En el centro, resalta la figura de un hombre leyendo un libro, a su alrededor, dos mariposas y un pájaro común aportan un toque de naturaleza y vitalidad, invitando al disfrute de los espacios verdes de la ciudad. A nivel cromático, se organiza en tres gamas de color que se entrelazan en formas fluidas, creando una sensación de dinamismo y armonía.

Además de ser una obra artística, el mural está pensado como un espacio interactivo, especialmente para los más pequeños. Sus colores vibrantes, formas orgánicas y juegos de opacidad están diseñados para estimular la imaginación de los niños, convirtiendo la plaza en un lugar donde puedan jugar, explorar y dejar volar su creatividad.

El proyecto también está pensado para ser visible desde Google Maps, ya que la aplicación de mapas y GPS actualiza regularmente su base de datos, proporcionando una perspectiva renovada del barrio gracias a las nuevas tecnologías.

Con su envergadura y mensaje, este mural confirma la capacidad del arte urbano para cambiar la percepción de los espacios públicos, aportando color, significado y vida a la ciudad.

Eneko Azpirotz, cuya trayectoria y técnica lo posicionan como uno de los muralistas más destacados del país, demuestra nuevamente su talento con esta creación que ya forma parte del paisaje cultural y social de Madrid.

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