The mural represents a solemn and symbolic moment: King Juan II of Castile, dressed in a crimson cape adorned with golden embroidery and a crown, On August 30, 1445, he confirms the donation charter of Gahete with the corresponding sealed privilege. Maestre Don Gutiérrez de Sotomayor, who receives it with a knee on the ground (though not directly depicted in the mural, it is perceived that the Maestre is positioned at a lower level), symbolizing his loyalty and respect towards the monarch. In front of the mural stands the jurisdictional roll, carved in granite, as a symbol of the autonomy of the town of Belalcázar and the power granted by the King to his faithful ally.

The mural captures not only a political and symbolic act, but also the beginning of Belalcázar's rise as an influential town under the protection of the Sotomayor family, reflecting the trust and loyalty between the King and his Maestre.

The artwork is inspired by 17th-century Baroque painting, with dark backgrounds evoking the style of Velázquez and illuminated faces that give prominence to the characters. The design has been carefully planned: from a specific vantage point, the monument of the jurisdictional roll aligns between the King’s figure and the roll he holds in his hands. Additionally, the mural has been prepared to adapt to potential future changes, such as the opening of windows, ensuring that only small, non-essential areas of the main composition would be affected.

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El mural representa un momento solemne y simbólico: el Rey Juan II de Castilla, vestido con una capa rojiza adornada con bordados dorados y una corona, El 30 de Agosto de 1445 confirma el albalá de donación de Gahete con el correspondiente privilegio rodado. Maestre Don Gutiérrez de Sotomayor, quien lo recibe con una rodilla en tierra (aunque no se ve directamente en el mural, se percibe que el maestre está a un nivel inferior), simbolizando su lealtad y respeto hacia el monarca. Frente al mural, se encuentra el rollo jurisdiccional, grabado en granito, como símbolo de la autonomía de la villa de Belalcázar y del poder que el Rey confirió a su fiel aliado.

El mural no solo captura un acto político y de poder, sino también el inicio del ascenso de Belalcázar como una villa influyente, bajo la protección de los Sotomayor, reflejando la relación de confianza y lealtad entre el Rey y su Maestre.

La obra está inspirada en la pintura barroca del siglo XVII, con fondos oscuros que evocan el estilo de Velázquez y rostros iluminados que otorgan protagonismo a los personajes. El diseño está cuidadosamente planeado: visto desde un punto específico, el monumento del rollo jurisdiccional se alinea entre la figura del Rey y el rollo que sostiene en sus manos. Además, el mural ha sido preparado para adaptarse a posibles cambios futuros, como la apertura de ventanas, de manera que solo afectarían pequeñas zonas sin relevancia en la composición principal.