La obra, repartida en dos espacios, representa parte de los mosaicos romanos encontrados en la zona de San Pedro y el camping de Villafranca, que actualmente se encuentran en el Museo de Navarra. Isabel toma el ornamento como eje principal, lo adapta y lo transforma en su obra mediante repeticiones y pequeñas variaciones. El elemento central, juega con las formas y los colores del entorno renovado. Ha combinado la técnica de la brocha y el spray, ayudándose de plantillas que fabrica manualmente.