Representación de la condición de vejez por medio de la figuración, mostrando el cansancio, la dejadez y decrepitud. Usando una gama de colores predilecta por el artista que asoma la intención de “la luz que aún queda” y acompañado de unas cenefas de tags, descontextualizando su uso y origen, proporcionando simetría y centrando por composición el rostro de la figura. Queda a la interpretación del espectador la personificación del personaje, dejando abierta la discusión, creando un sano dilema frente a la obra, haciendo que éstos se detengan ante el mural no siendo así una parte más del entorno urbano.