Como homenaje a todas las
mujeres trabajadoras, el artista valenciano
Adrián Mateo (Dridali) representa en este
graffiti a aquellas mujeres de Garcibuey
que iban con el cántaro al cuadril en busca
de la leche que vendían en los pueblos
cercanos. Apasionado del retrato, aunque
alejado en este caso de la representación
de personalidades relevantes, Dridali opta
por el personaje anónimo que construye
de forma metódica, matemática, con una
paleta monocroma y un trazo que delata
al artista.